miércoles, 4 de febrero de 2015

Hola amigos, estaba aquí pensando en mi siguiente entrada con un papel delante de mis ojos cuando me he dado cuenta del tiempo que utiliza la sociedad actual en usar estas nuevas tecnologías, ya sea cuando estamos aburridos, cuando estamos entretenidos o como viene siendo habitual SIEMPRE mediante el ordenador, una tablet o un smartphone.

Creo y veo que es extremadamente necesario hablar sobre esta sociedad perdida e inhumana, en la que me incluyo, y aún sabiendo que no van a servir de nada estas palabras no puedo dejar pasar esta oportunidad para intentar poner mi granito de arena a esta triste sociedad. Amparo aquellos días en los que jugábamos con un palo, una piedra, un balón o simplemente dándonos hostias. Ahora voy por la calle y veo a los niños con la consola en la mano, o con un móvil concentrados en esa minúscula pantalla en la que parece que se esta desarrollando su vida sin mirar alrededor, sin esa mirada inocente en la que te fijabas expectante esperando esa tontería que saldría de sus labios haciéndonos reír a todos de la pura inocencia de sus palabras.



Es por esto y por mucho más por lo que no puedo callarme y me da auténtica vergüenza y me siento asqueado y repugnado de esta sociedad en la que parece importar más una fría pantalla que las relaciones entre las personas... ¿Qué me decís de aquellas reuniones de amigos en las que las experiencias y anécdotas encumbraban las reuniones, llenas de risas y de cervezas?, ¿Qué me decís de aquellas conversaciones de otra gente que escuchabas cuando ibas por la calle en las que el escuchar dos segundos esa conversación te hacían imaginar que se estaba hablando, o simplemente te montabas una película personal y te echabas unas risas?, ¿Qué me decís de tener el móvil pegado a la mano como si de la propia piel se tratara, sin poder estar dos minutos sin él, sin poder conversar con la persona que está a tu derecha, en el autobús, en el parque o simplemente ahí?.

Es por todo esto por lo que nuestra sociedad actual se está convirtiendo en una cárcel, porque qué es sino un espacio en el que no puedes salir y en el que estas siempre haciendo lo mismo, sin capacidad de improvisación o de intimidad... Os dejo pues con una última reflexión, y aún sabiendo que si estáis leyendo esto sois presos de esta cárcel os animo a dejaros llevar por este maravilloso mundo en el que vivimos.

Tenía que escribirlo. Os escribe y os saluda un compañero de celda.

Juan Carlos Casillas Vacas.




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